Hace unos días comí en un restaurante un pastel salado de zanahorias, de lo más simple y sencillo, pero me gustó mucho. Se comía frío y parecía que su elaboración no tenía demasiado misterio, ya que era zanahoria hervida triturada y el pastel no estaba cocido, por lo tanto debía llevar algún ingrediente más para darle consistencia. Así que me puse entre fogones e intenté prepararlo en casa.
El resultado no ha estado mal, aunque no es exactamente igual al que comí, se parece mucho en sabor pero la textura no es la misma, ésta es mucho más suave. Es de lo más simple, pero muy rico para comer en verano, con una ensaladita.
Ingredientes:
- 8 zanahorias medianas
- 200 ml. de nata líquida
- 3 hojas de gelatina neutra en láminas
- sal, pimienta, eneldo y hierbas aromáticas.
Preparación:
Pelar y trocear las zanahorias y hervirlas en agua con eneldo y hierbas aromáticas hasta que estén blandas.
Triturar las zanahorias junto a la nata en la thermomix o batidora.
Añadir más eneldo, sal y pimienta.
Poner las hojas de gelatina en remojo en un vaso con agua fría durante 5 minutos. Sacar la gelatina y exprimirla cuidadosamente. Disolver la gelatina exprimida en un cazo a fuego bajo. Una vez tenemos la gelatina disuelta (debe quedar líquida) le añadimos un par de cucharadas de la mezcla de zanahorias y nata. Removemos bien y añadimos al resto de la mezcla. Verter en un molde y reservar unas horas en la nevera. Antes de servir espolvorear con eneldo. El del restaurante no lo llevaba pero el eneldo tiene un sabor especial que le va muy bien a la zanahoria.
2 comentarios :
que buena pinta!! desde luego apetece probarlo..
mil besos!!
Roser, me l'apunto per fer-la a l'estiu!! Senzillíssima i rebona! :)
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