El provolone (Provolone Val Padana) es un queso italiano que se produce en grandes piezas con diversas formas : de gran salami de hasta 30 cm de diámetro y 90 de largo, de botella truncada o de gran pera con la característica protuberancia redonda para agarrarlo. El peso medio de cada pieza es 5 kg.
El que hemos usado para esta receta es de una pieza en forma de salami.
Estas lonchas las podéis comprar ya envasadas al vacío (incluso algunas llevan hierbas aromáticas) o pedir al charcutero que os corte las lonchas que deseéis.
La textura del Provolone le permite ser cortado a rebanadas y hace que sea muy empleado en la cocina como ingrediente de algunos platos, desde la elaboración de ensaladas hasta acompañamientos diversos. La principal característica de este queso desde el punto de vista culinario es la capacidad que tiene para fundirse, aspecto este que le convierte en acompañamiento ideal de platos calientes.
El provolone se puede comer de muchas formas distintas. En este caso es una receta sencilla para comerlo como entrante, con unas tostaditas de pan o solo.
Es tan fácil como poner salsa de tomate (mejor casera) en una cazuelita de barro y la loncha de queso provolone encima espolvoreada con orégano o hierbas provenzales.
Es tan fácil como poner salsa de tomate (mejor casera) en una cazuelita de barro y la loncha de queso provolone encima espolvoreada con orégano o hierbas provenzales.
Lo ponemos al horno hasta que el queso se derrita y listo para comer.
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